A la espera de sentencia firme en Madrid sobre litigio Havana Club-Bacardi, llaman al boicot a Bacardi
Cubainformación.- El Tribunal Supremo de España emitirá próximamente sentencia firme sobre el litigio que enfrenta, en los tribunales españoles, a la empresa Bacardi y a Havana Club Holding, S.A, un consorcio entre el Estado cubano y la empresa francesa de bebidas Pernord Ricard, que comercializa en el mundo el conocido ron Havana Club.
Cubainformación.- El Tribunal Supremo de España emitirá próximamente sentencia firme sobre el litigio que enfrenta, en los tribunales españoles, a la empresa Bacardi y a Havana Club Holding, S.A, un consorcio entre el Estado cubano y la empresa francesa de bebidas Pernord Ricard, que comercializa en el mundo el conocido ron Havana Club.
A la espera de la sentencia, diversos colectivos de solidaridad con Cuba ya han anunciado el reimpulso de la campaña internacional de boicot a Bacardi denominada “Bacardi, un mal trago”, que trata de dar a conocer las actividades mafiosas de la compañía Bacardi y su vinculación con el bloqueo económico que sufre el pueblo cubano.
En 2005, el Juzgado de Primera Instancia nº 54 de Madrid desestimó una demanda de Bacardi, por la que reclamaba la titularidad de la marca Havana Club. La firma interpuso recurso, que fue desestimado en 2007 por la Audiencia Provincial de Madrid. Bacardi presentó entonces recurso de casación ante el Tribunal Supremo de España, cuya sentencia se espera para comienzos de este año 2011.
Bacardi inició la batalla contra Havana Club en 1994, año en que la ventas de Bacardi cayeron abruptamente debido a la irrupción en el mercado internacional del ron cubano Havana Club, tras el acuerdo de comercialización entre la empresa estatal cubana Cubaexport y la multinacional francesa Pernord Ricard, que se materializó en la creación de la asociación empresarial (joint venture) Havana Club Holding, S.A.
A partir de entonces, Bacardi, que forma parte del poderoso lobby empresarial de origen cubano en Estados Unidos, se lanzó a defender sus intereses comerciales haciendo valer importante conexiones con el poder político norteamericano. Ignacio Sánchez, uno de los abogados de la firma, participó activamente en la redacción de la conocida Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, que impone sanciones a posibles inversores de terceros países en Cuba. La participación de Bacardi en la citada ley fue tan importante que un senador estadounidense propuso denominarla "Helms-Bacardi Protection Act".
En 1998, Bacardi consiguió que el Congreso de Estados Unidos aprobara una sección de la ley de presupuesto, la llamada Sección 221, que eliminó cualquier derecho sobre marcas comerciales registradas en EEUU a entidades total o parcialmente relacionadas con el Estado cubano. La marca Havana Club había sido registrada en EEUU en 1974 por la empresa estatal cubana Cubaexport aunque, desde la implantación del bloqueo económico a comienzos de los años 60, el citado ron cubano no había podido ser comercializado en territorio estadounidense. Con la citada Sección 221 en la mano, Bacardi sacó al mercado de EEUU un nuevo ron, fabricado en Puerto Rico, con la marca Havana Club, una falsificación que, hasta la fecha, no ha sido permitida en ningún otro país del mundo. Bacardi, sin embargo, continúa intentándolo en territorio español.
La familia Bacardi, originaria de Santiago de Cuba, colaboró intensamente con el régimen del dictador Fulgencio Batista y huyó de Cuba tras el triunfo de la Revolución, en 1959. Sus propiedades fueron nacionalizadas. Es de señalar que la marca originaria Havana Club nunca perteneció a Bacardi, sino a la sociedad José Arechabala, S.A. (JASA), que también fue nacionalizada en 1960 por el gobierno revolucionario. La familia Bacardi, como Arechabala y la mayor parte de los grandes propietarios cubanos, no aceptaron negociación alguna sobre indemnizaciones compensatorias, y huyeron a EEUU esperando la intervención militar que derrotara al nuevo gobierno. Fue en el año 1997 cuando Bacardi contactó con los herederos de la familia Arechabala, llegando a un acuerdo económico por el que, a partir de entonces, Bacardi litigaría en su beneficio por la marca Havana Club.
Bacardi tiene vínculos directos con organizaciones de la extrema derecha cubano-americana de Miami, a las que financia, en especial con la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), implicada en la organización de numerosos ataques terroristas en Cuba. La actividad mafiosa de Bacardi es relatada en el documental “The Secret Of The Bat: Bacardi Between Rum And Revolution” (El secreto del murciélago: Bacardi, entre ron y revolución), premiado en varios festivales, basado a su vez en el libro del periodista colombiano Hernando Calvo Ospina: “Ron Bacardi: La guerra oculta” (Rhum Bacardi: CIA, Cuba et Mondialisation).
Bacardi tiene su sede central en el paraíso fiscal de la Islas Bermudas y sus principales fábricas en Puerto Rico, pero su mayor actividad comercial y de cabildeo se ubica en EEUU.
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